Seguro que alguna vez has usado un taburete o silla Tolix, pero lo más probable es que no supieras que el estilo de esa silla o taburete se llamaba así. De puro estilo industrial, el estilo Tolix es un clásico con más de ochenta años que ha vuelto con fuerza.

Xavier Pauchard

El artífice de los diseños Tolix fue Xavier Pauchard, nacido en 1880 y criado en el seno de una familia de empresarios dedicados a la fabricación de techos de zinc de Borgoña. En 1927, Pauchard empezó a fabricar mobiliario de acero galvanizado que se popularizó rápidamente en Francia. Su silla Tolix se convirtió en la estrella de la compañía.
El proceso consistía en sumergir hierro o acero en zinc fundido. Como consecuencia se creaba una capa externa muy resistente y casi impermeable a la oxidación y degradación.
Por tanto, la durabilidad es una característica básica de un mobiliario. Su resistencia lo hace perfecto para usos intensivos y agresivos. Pero no es su única ventaja. El diseño de estas sillas permitía que fueran apiladas. Todas estas características la convierten en ideales para espacios como restaurantes, bares o empresas.
Las innovaciones en acabado incluyeron un gran número de posibilidades. Hoy en día puede encontrarse sillas Tolix en casi cualquier color que busquemos, desde un cobre a un amarillo eléctrico. El acabado Tolix permite un acabado barnizado o en pintura mate, satinada o brillo. Los fabricantes también dotan a este mobiliario de un efecto decapé o envejecido buscando una estética vintage.

www.tolix.fr

Por supuesto el mobiliario Tolix no se reduce a las sillas, sino que cuenta con todo tipo de mobiliario del mismo estilo, como taburetes de todas las alturas y mesas, así como estanterías, y mobiliario de oficina como gavetas, archivadores, cajoneras, entre otros.
Como a todo gran líder le crecen los imitadores. Muchas empresas han copiado el mobiliario Tolix. Un estilo con personalidad propia que mezcla funcionalidad, resistencia y durabilidad. Un perfecto ejemplo de una época en las que los objetos de fabricaban para resistir al paso del tiempo y en el que la industria metalúrgica representaba el futuro.